lunes, 22 de julio de 2024

EL pabellón de la Felicidad

Lo había conseguido, por fin las entradas para la EXpo,92. Cola kilométrica a la entrada del pabellón de la FELICIDAD, y allí estabas tú , con lo que te costaba estar quieta, dispuesta a entrar y a esperar lo que hiciera falta. Dos horas y media y ya se notaba el avance, en dos golpes de grupos creo que entrariamos. Otras dos horas más y por fin cuando das el paso te para el guardia con la mano a la altura del pecho y levanta la otra mano en señal de victoria. dos, dos, dos personas . Y de la nada aparece una pareja gritando aquí, aquí. Los dos de la mano sonrientes, corrían hacia el pabellón de la felicidad, dejando un golpe fresco a su paso, mientras tú seguías en la cola junto con tus hermanos y hasta tus primos que habían venido de Barcelona. y que por un momento te habían hecho dudar de si era una suerte o no, venir con mucha familia. No, no puede ser una suerte venir solo. Cuando ya calculas que va a terminar el grupo de dentro, suena la música del final que indica que el pabellón va a cerrar. Te quedas inmóvil. Como me he quedado aquí? Debí ir al pabellón de la amistad o a cualquier otro. Si al menos mañana me guardaran el sitio, pero no, mañana hay que volver a empezar. Si al menos alguien te hubiera avisado de que el pabellón de la felicidad empezaba en la cola, al menos te habrías parado a hablar con tus primos sobre su vida y la tuya, habrías hablado con ese hombre que tenía la misma afición a los caballos que tú. Hasta te habrías tomado el bocadillo que tenías preparado para la salida. Te habrías dado cuenta de que la felicidad empezaba en la antesala, que no había que esperar nada allí, solo había que averiguar la forma de disfrutar.

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